
Se puede definir como la perdida de de un pequeño segmento de ADN, bien sea desde unos pocos pares de bases hasta un grupo de genes contiguos.

Corresponde al cambio de 1 a 20 nucleótidos dentro de la secuencia de un gen y esto se logra mediante la sustitución de bases o mediante el corrimiento del marco de lectura.

Es la incorporación de un grupo metilo en el carbono 5 de la citosina cuando forma parte del di nucleótido.
Es el mecanismo mediante los cuales los virus de ADN producen transformación neoplásica. Tal es el caso del virus de Epstein Barr . Las proteínas virales tienen la capacidad de asociarse a productos de genes supresores como el p53 o el Rb bloqueando su función.
La activación de los oncogenes se lleva a cabo mediante la amplificación, la translocación y la mutación. La amplificación se caracteriza por el aumento de las copias de un gen en particular por mecanismos que se desconocen hasta el momento. Por otro lado la translocación se considera un mecanismo poco frecuente en la activación de oncogenes sin embargo se puede asociar en patologías tales como los linfomas gástricos. La mutación ya descrita permite crear una secuencia con mayor actividad biológica que la original.
Con relación al cáncer gástrico, se ha logrado documentar cerca de 37 genes supresores y 30 oncogenes, los cuales se relacionan en procesos metabólicos y funcionales. Proteínas tales como los factores de crecimiento, la proliferación celular y la apoptosis se encuentra en relación con lo anterior.
En el caso de los factores de crecimiento, son proteínas que son indispensables para la proliferación celular. Los oncogenes activados asociados a los factores de crecimiento, permitirán una actividad de proliferación sobre la mucosa gástrica muy importante, liberándola de cualquier mecanismo de control de crecimiento.
El encogen c-erB2 es un ejemplo de este tipo de oncogenes, el cual se encuentra asociado a mal pronostico en el cáncer gástrico de tipo intestinal.
El objetivo de dar a conocer las bases moleculares del cáncer gástrico ha llevado a los investigadores a plantear u modelo genético en el cáncer gástrico. Es así como se postula que la inactivación de los genes supresores se encontraría involucrada en las primeras fases del proceso neoplásico. Es decir en la transición de la mucosa gástrica normal a mucosa gástrica tumoral.
Así mismo la activación de los oncogenes se encontraría relacionada en las etapas mas avanzadas. En otras palabras se relaciona con la progresión del cáncer gástrico temprano al cáncer gástrico avanzado. Por esta razón la identificación de genes supresores podría ser una herramienta de gran utilidad en la identificación de pacientes con riesgo de presentar cáncer gástrico y la identificación de los oncogenes facilitaría el estudio de terapias adyuvantes en cáncer gástrico temprano. |