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La palpación abdominal se debe iniciar en forma suave, sobre un área donde el paciente haya reportado menos dolor; posteriormente se revisa todo el abdomen. Es importante involucrar al paciente en una conversación durante el examen para distraer su atención en la palpación y conseguir, de esta manera, mayor efectividad en el examen. Se debe percutir y auscultar el abdomen en búsqueda de timpanismo, el cual puede ser secundario a neumoperitoneo difuso, o a una obstrucción intestinal.

La peritonitis difusa es un diagnostico basado en la historia clínica de un dolor abdominal severo que se exacerba con el movimiento. El examen abdominal revela dolor exquisito y defensa involuntaria, manifestados por rigidez del abdomen debido a la inflamación de los músculos de la pared abdominal. Los pacientes con perforación gastrointestinal no necesariamente se presentan con peritonitis difusa; ellos pueden mostrar una irritación peritoneal local debida a mecanismos de defensa intarabdominal que resultan en abscesos o flegmones (migración del epiplón, adherencia de otros órganos y la circulación peritoneal). Los pacientes con perforaciones iatrogénicas pueden presentar neumoperitoneo extenso, con un abdomen distendido y timpánico sin una peritonitis diseminada. Los signos clásicos de peritonitis localizada incluyen: signo del obturador, signo de foresthill, signo de rovsing, signo de psoas, y signo de murphy.
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